I
—Me golpea la cabeza mil veces,
me tiemblan las
piernas,
se aflojan
los secretos.
Las
pequeñeces de la niñez
aparecen.
Me tiembla
el cuerpo,
Ya lo dije?
—Sí.
Siento el
lacio de tu cabello entre mis manos
Fresco,
suave, fino.
Deliro con las
chalinas lilas y verdes del rincón
Parecen
estar enamorados, juntas parecen perfectas
Separadas
Sobrevuelan.
—Café?
—No.
Seremos
otros cuando pase el tiempo,
tU
yO
Otros
Otras.
Madurar
distinto.
Preocuparse.
Recordaremos
esto?
—Sí.
Siempre.
II
—Salir al
camino de que no vinieras
se iban
perdiendo las ideas.
Y viniste.
—Tuve un
sueño lila o verde
Por tus
pañuelos,
tu cabello
—Trajiste el
libro?
—Si, lo
traje.
Traje tus hojas amarillas.
Hojas
amarillas, el color de la época,
huelen a ti,
se siente el aroma
a café
a cigarro
a jazmín
a vos.
—Te gusto?
Parece.
Como a mí me
gustan tus extremos.
Que contra
mi cuerpo el tuyo
se penetre.
III
—Estas bien?
—Si, por qué?
Familiar en
vos la palidez,
ahora
exacerbada.
Tuve otra
visión
—Cuál?
—Vos estabas
en otra habitación,
deambulabas
desnuda
con una rosa
en las manos,
los labios
rojos como la rosa,
y llorabas
pálida y descalza
en un
rincón.
—No me
sorprende
la desnudez
ni el llanto
o las esquinas/rincones.
Si, la rosa.
IV
—Es caída tu
doble juego
no puedo
de querer
de necesitar
desprenderme.
—Inocente
caprichosa.
Te molesta
lo pactado.
Mira la luz
de la ventana
—No
quiero jugar!
Puedo ver el
árbol,
el tronco,
el algodón,
el
pájaro,
pero no me
distraen de vos.
V
(siluetas de
cuello
de manos
de vientres
de esperma)
—Quiero coger
en París.
Un adiós no
es un nunca mas.
Quizás.
—Quizás,
cojamos en París un día.